14 ene 2013

Desde la cuna del Globo de Bajo Flores

Un luchador con altura y solidez

 

El señor Carlos Babington nos contó toda su trayectoria futbolística desde sus comienzos amateurs en su querido Huracán, pasando por los deporte que realizó como hobbies, llegando a su etapa profesional, metiéndonos en sus mandatos como Director Técnico de Platense hasta su actualidad: familia, nietos y felicidad. Todo en una entrevista personalizada.



Carlos Alberto Babington







¿Qué es de la vida de Carlos Babington en este final del 2012?
Hace un año y cuatro meses que dejé la presidencia del club.Por otro lado desvinculado hace años del deporte y hoy en día tengo dos negocios, así que me dedico a mi familia y a malcriar a mi nieto.

¿Seguís mirando fútbol?
Por supuesto, es algo inevitable, sigo a Huracán porque es mi vida pero también miro otros partidos.

¿La Selección?
Me gusta el técnico y tenemos ese plus que se llama Messi, es casi imposible que un jugador haga dos goles por partido, creo que ni Pelé, ni Maradona podían tener esos números. Hay falencias en el fondo, en el medio campo se está encontrando una solidez y en la delantera tenemos lo mejor del mundo.

¿Messi es el mejor de la historia?
No, para nada tuvimos grandes jugadores, desde Di Stefano, pasando por Maradona y hoy en día Messi, cada uno en una época diferente.

Hagamos una línea histórica. ¿Cuándo comenzó tu amor por el fútbol?
Tengo fotos de chico donde todavía no caminaba y ya tenía una pelota de fútbol en la mano.

¿Heredaste la técnica de buen juego?
Para nada, yo tenía un tío que jugó en Atlanta cuando se profesionalizó el fútbol en los años 30, no tuvo una gran trayectoria, pero es lo único cercano al deporte, porque mi papá nunca se dedicó a esto ni intentó.

En tu niñez ¿cuántas horas ocupaba el fútbol?
Salía a la mañana y no volvía ni a comer algunos días, porque en Parque Patricios (donde vivía) siempre había partido, estaba rodeado de plazas donde jugábamos todo el tiempo. Fue ahí donde Palomino (receptor de jugadores) me vio y me llevó a River Plate, junto con Mostaza Merlo nos probamos en la 9na de River. Pero mi amor por Huracán era más fuerte…

¿Tomaste tus cosas y te fuiste solito a probar al Globo?
Así es estuve 9na y 8va en River y me fui a Huracán donde comencé jugando en 6ta división.

¿Fue fácil pasar de 6ta a Primera?
Sí, porque estaba muy tranquilo ya que jugaba de titular desde que debuté, el técnico me tenía confianza y con 17 años jugaba en la Primera de Huracán en el 77, de la mano de Renato Cesarini.

¿Salidas, amigos, cumpleaños, cómo controlabas tus diversiones?
Cuando vos tenés ambición de ser jugador de fútbol, te vas privando de cosas como salir a bailar los viernes y sábados, alimentación, que para mí no fue ningún sacrificio, conozco proyectos de jugadores que les gustaba más salir, los vicios y nunca llegaron. Hoy en día estoy contento de la decisión que tomé porque me mantuve físicamente sin problemas. Por el lado de mis amigos, siempre tuve el apoyo incondicional, es más tengo muchos amigos de la infancia hoy en día.

Volvamos a tu etapa de jugador: ¿con que expectativas llegaste a Alemania?
Alemania fue el gran error de mi vida deportiva, por eso siempre defiendo a los representantes que sirven para los jugadores, porque si yo hubiera tenido un buen representante no hubiera ido a un equipo de la B de Alemania. Nunca pudimos ascender ni tener un buen nivel, fue un error llevado por el dinero, que era importante pero no prioritario.

Pasó el tiempo y llegaste a Estados Unidos…
En el 82 con la Guerra de Malvinas se para el campeonato acá y me ofrecieron un buen dinero en el país Norteamericano. Jugué seis meses a préstamo, con un conjunto completamente de extranjeros, con reglamento diferente, para tener un fútbol violento, atractivo. Fue una experiencia linda a nivel turístico y sin cambios a nivel deportivo.

Volviste del préstamo pero a los pocos días te fuiste a Colombia, para jugar en Junior de Barranquilla…
Con 32 años me compra el Junior en el año 1983, me voy con el Patón Bauza y Carnevale (arquero). Querían ganar el campeonato y entrar a la Copa Libertadores. Fue un año increíble, donde me di cuenta que los colombianos juegan extraordinariamente, pero tienen un problema de educación social imponente.

Después del Junior, te retiraste, ¿la decisión estaba tomada de hace tiempo?
La decisión la tomé en Colombia porque estaba en una ciudad donde hacía 40 grados a la sombra, mi señora sufría el calor por la presión y no podía vivir bien en Barranquilla. Para irme del club y volver a Argentina el Presidente del Junior me dijo que le devuelva la plata con la que me compró. Fue ahí donde decidí retirarme y colgar los botines.

¿Cuándo decidiste ser técnico?
Ahí mismo, en enero del 84. Hablando con Coco Basile de mi retirada del fútbol me ofreció un puesto como ayudante y sin dudarlo me sumé como ayudante técnico en Vélez hasta el 86, año donde me largué sólo en la dirección técnica.

¿Cuál es ese primer club que te vio cómo D.T.?
Me llamaron de Platense porque una vez estábamos comiendo con mi señora en un restaurant, se me cae un lente de contacto, lo busco y lo busco hasta que un hombre se me acerca y me dice: “acá está su lente de contacto… ¿perdón podría hablar un minuto con usted?”. Fue ahí donde me dijo que era dirigente de Platense y me ofreció ser el Director Técnico de la Primera del club.

¿Quiénes estaban en ese primer cuerpo técnico que te acompañó en la dirección del Calamar de Vicente López?
Carlitos Leone (ayudante de campo) y Julio Santella (preparador físico). Éramos un buen grupo, lastimosamente duramos poco en el club por un problema que tuve con tres barras que le querían pegar a los jugadores y justo en ese momento estaba mi hijo de 11 años que terminó asustadísimo por lo que vio. Ese mismo día cargué a mi hijo en el auto y nunca más volví al club por la seguridad de mi familia. Igual fue por inexperiencia porque hoy en día pasa en todos lados, en otra ocasión no lo volvería hacer.

¿Cuándo decidiste ser Presidente?
La última vez que dirigí en México en el León, comencé a tener dolores en la garganta. Volví a Argentina agarré Huracán y el dolor volvió. Me hice los estudios correspondientes. Llegaron los resultados un jueves y el doctor me dice que al otro día me tenía que operar. Yo le aclaré que no podía porque tenía que dirigir si o si el viernes contra Colón de Santa Fé. El doctor me anestesió y dirigí igual,  después del partido sin decir porqué, presente la renuncia como director técnico. Por suerte, al otro día me operé y todo salió muy bien. Después de eso decidí no dirigir más. Un grupo de amigos me ofrecieron sumarme a su lista para presentarnos en las elecciones de Huracán, para ver si podíamos cambiar el club. La idea me gustó y me sumé con ganas.

¿Hoy en día no te interesa volver de alguna forma?
Para nada, me siento muy bien, estoy tranquilo, no me hago problemas con nada, no tengo ganas de volver al ruedo. Vivo y disfruto de mi familia.

¿El fútbol te dejó muchos amigos?
Gracias a Dios sí, por ejemplo Carrascosa es un amigazo, el Patón Bauza quien, a pesar de estar en Ecuador, está siempre presente, Coco Basile y Mostaza Merlo grandes amigos, nos vemos muy seguido.

¿Cómo trasmitís a tus herederos, hijos o nieto tu forma de ver el fútbol?
Por un lado, mi hijo tenía condiciones pero sólo llegó a jugar en amistosos (porque antes no existía la Reserva), pero le faltaba un plus. Igual nada de presiones, sólo acompañarlo. Junto con el hijo de Coco iban a jugar a baby fútbol ambos decíamos lo mismo “son troncasos”, pero siempre comprendiéndolo y aceptando sus decisiones. Y mi nieto tiene dos años, ya le compré su primera pelota pero todavía falta… Me encantaría que se dedique… pero falta mucho.

¿Qué consejo de vida le dejaría Carlos Babington a los niños que sueñan con llegar y a los padres que anhelan ver a sus hijos jugando en primera?
Los padres antes y ahora siguen siendo igual, presionan, gritan, patalean y pelean, yo les diría que dejen a sus chicos tranquilos, que jueguen y disfruten, aunque no sabemos si sacando esa presión los chicos van a  jugar mejor porque mi papá siempre me decía que jugaba mal y eso me llevaba a mejorar siempre, pero nunca tuvo problemas con mis técnicos. El que tiene condiciones va a llegar, hay que aguantar muchas cosas y no perder las esperanzas ni las ilusiones.

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